lunes, 27 de agosto de 2012

Dolarización casera: ahora la clase media vuelca sus pesos a mejoras y refacciones para revalorizar sus viviendas

Primero los LCD, luego los autos. Y todo indica que llegó el turno de poner plata para redecorar el living, mejorar la cocina o sumar un ambiente. Es que resulta tentador usar moneda local para aumentar el valor de un activo que sigue al dólar. Celebran comerciantes. ¿Cuánto se invierte?       

Es sabido que el cepo cambiario modificó por completo el escenario que muchos argentinos presagiaban para este segundo mandato de Cristina Kirchner.
Las palabras "sintonía fina" mutaron rápidamente a "munición gruesa", disparada particularmente contra el dólar, los productos importados, el libre accionar de muchas empresas, o los subsidios, entre otras cuestiones.

Curiosamente, no contra la inflación que es la que ha causado muchos de los problemas que aquejan al país, entre ellos, el atraso cambiario.
Así, la economía, que en otros años supo crecer a tasas chinas pasó a mostrar una "fría" performance en 2012 y muchos analistas temen que se haya quedado en la peor de las situaciones: la estanflación. Es decir, estancamiento de la actividad y -pese a ello- precios que siguen subiendo.
De la "puesta al día en el consumo" se pasó a la "puesta al día en el bolsillo" y -ante salarios que ya no aumentan como antes- buena parte de esos pesos que antes alimentaban esa pasión por ir de compras ahora pasaron a utilizarse para saldar deudas.
Prueba de ello es que el "efecto aguinaldo" este año no se sintió en los mostradores de los comercios.
Por el desdoblamiento cambiario y la restricción a la compra de dólares, algunas actividades se han derrumbado -como la inmobiliaria y la ejecución de nuevas obras-, otras muestran un comportamiento errático -como la venta de autos- y, en este contexto, aparece una que ahora "levanta la mano" como gran beneficiada: la vinculada con las mejoras y refacciones del hogar.
Es que al no poder adquirir billetes, el hecho de volcar los pesos para comprar materiales, revestimientos, accesorios, elementos de decoración, muebles, pinturas y un sinfín de cosas que sirven para revalorizar la vivienda -cuyo precio sigue al billete verde- se presenta como una buena oportunidad para "dolarizarse" de una forma casera y no perder valor patrimonial.

Las distintas fuentes consultadas por este medio, vinculadas con este tipo de comercios, dan prueba de ello. Y las estadísticas también.

A diferencia de lo que sucede con el consumo en general, que evidencia una caída, los materiales destinados a la refacción de viviendas acusaron un repunte tanto en junio como en julio del 4,8 y 5,3 por ciento, respectivamente, frente a los mismos períodos del 2011 según el índice Construya.
Fuentes del sector señalan que este cambio de tendencia comenzó a ganar en intensidad en estos últimos meses, en la medida en que se fueron profundizando las restricciones cambiarias.
Crecieron las ventas de ladrillos, de cerámicos, de cemento portland, cal, aceros largos, pisos, revestimientos, carpintería de aluminio y pinturas.

También la de sanitarios, grifería, placas de yeso y caños de conducción de agua.
"El publico pregunta precios y compra la mejor calidad que puede. Más si lo puede pagar en cuotas", señala Enrique L. titular de un negocio de revestimientos de la calle Alberdi, que pide reserva de identidad.
La posibilidad de poder financiar la compra a varios meses funciona como un gran motorizador, ya que permite ganar por partida doble: por el "efecto licuación" y por el "cambiario", ya que muchos insumos se mantienen a valor oficial. Es decir, sin que la llamada "inflación blue" haya influido en sus cotizaciones.
En Easy, por ejemplo, ofrecen actualmente 12 cuotas para clientes del Banco Provincia, Hipotecario, Nación, o Supervielle y un 20% de descuento en la compra de pinturas, con todas las tarjetas.




Los propios empresarios del sector reconocen que el cepo cambiario contribuyó al repunte de la actividad en estos últimos meses. Y remarcan que la gente asocia este tipo de compras a una inversión y no a un gasto.
"Estamos con viento de cola en el sector", afirma Pedro Brandi, presidente del grupo Construya.
Jorge Hernández, CEO de Parex Klaukol, pone cifras a este avance. Y señala que los argentinos están destinando entre el 5% y el 10% de sus consumos a refaccionar, reparar o ampliar su propia vivienda.
Agrega que tienden a renovar el living, la cocina, los baños o a sumar un ambiente a su propiedad.
"Los gastos varían según el tipo de refacción", señala el directivo. Y sostiene que "dependen de si se trata de material grueso -como cemento, cal y arena- o de terminación, como cerámica, porcelanato o griferías".

Brandi coincide con Hernández: "La gente está orientando sus consumos a inversiones postergadas".
En materia de costos, Hernández estima que el valor del metro cuadrado de renovación de un baño es de unos $1.500 para los presupuestos más modestos pero puede llegar, según el bolsillo y las preferencias, hasta los $10.000.
En este caso, cuando una persona desembolsa este dinero no es tomado como un gasto, sino como una inversión, ya que tal erogación para refaccionar la cocina y el baño significa -según opinan los expertos de Reporte Inmobiliario- revalorizar la propiedad a cifras más cercanas a la de una a estrenar.
"Ahora le resulta más barato a la gente arreglar la casa porque aprecia el bien y mantiene su valor, en vez de comprar dólares a $6,30", comenta a este medio Domingo Speranza, presidente de Buenos Aires Corporate Real State (BACRE).
Y explica que este "lavado de cara" puede incrementar el valor de la vivienda entre un 3% y un 5%. Además, posibilita que, a futuro y en caso de ser necesario, la venta sea más rápida.


Mueblerías agradecidas

En el caso de los muebles para el hogar, de acuerdo con los distintos comerciantes contactados, se registra un panorama similar.
"En mi caso, aumentó el número de consultas, pedido de cotizaciones y las ventas mejoraron en estos últimos dos meses", afirma Mauro P. que cuenta con dos locales, uno en Belgrano y otro en Caballito.
En general, los comerciantes hacen referencia a dos etapas post-cepo: una de cautela, que se extendió durante los primeros cuatro meses del año y otra de repunte, iniciada en junio, cuando el público comenzó a percibir que las restricciones habían llegado para quedarse un buen tiempo.
"Durante el primer cuatrimestre las operaciones cayeron. Pero a partir de junio se recuperaron un 15%", afirma a iProfesional.com Pedro Reyna, presidente de la Federación Argentina Industria Maderera y Afines (FAIMA).
Bajo la misma tónica, Pedro Torres, propietario de tres locales de comercialización de muebles y sillones en los barrios de Belgrano, Villa Urquiza y Recoleta, comenta que la facturación de junio y julio repuntó entre un 15% y 20%.
"Si se uno ve qué sucede en otros sectores, podemos decir que somos afortunados y que las restricciones nos benefician", agrega.

Torres se muestra sorprendido por el gran incremento de ventas con tarjeta, ya que antes se estilaba a pagar con "dólares del colchón".
Da cuenta de un crecimiento del 25% a partir de junio en operaciones que, en algunos casos, rondan los $20.000 distribuidos en 6 cuotas.
"Venimos notando una mayor presencia de público en nuestros locales", afirma Mauro Rodriguez, titular de una casa de decoración en Palermo y Barrio Norte.
El empresario hace referencia a muchas consultas y pedidos de cotización para decoraciones integrales de livings y compra de muebles en cuotas.
Lo mismo le ocurre a Marcos Valenzuela, propietario del tradicional espacio que lleva su apellido, desde hace cerca de 20 años en San Isidro, en el que ofrece mobiliario para interior y exterior.
"Realmente fue muy fuerte para nosotros, porque la primera parte del año venía tranquila hasta que hace dos meses las ventas se dispararon, por lo menos, entre un 30% a 40%", señala Valenzuela.
"Incluso agosto, que se caracteriza por ser un mes ´flojo´, viene marchando con números atractivos", agrega.

La explicación que esgrime este empresario es clara: "Mis clientes están enojados con la situación económica, y al no poder comprar dólares se vuelcan a remodelar íntegramente el hogar".
Además, Valenzuela observa un cambio en el comportamiento de su clientela, que se compone de integrantes de clase media y media-alta, ya que ahora optan por elegir los productos más caros y sofisticados de los que él dispone para el living y el comedor.
Este accionar es una prueba más de que resulta muy difícil que una sociedad adopte y piense en una moneda -por más que el Gobierno quiera imponerla- cuando ésta pierde valor frente a la inflación y no ofrece resguardo, tal como sucede con el peso argentino.
Ante ello, se apela a cualquier tipo de alternativas para no perder poder adquisitivo.

"Ahorrar no es negocio, porque con los depósitos a plazo fijo se pierde la mitad del capital y el dólar blue a $6.30 resulta caro. En cambio, los bienes durables en dólares se han abaratado", afirma Juan Llach, director del IAE Business School.
Este tipo de consumo es potenciado por los bancos y las tarjetas de crédito con sus fuertes promociones.

"Genera que la gente se vuelque a adquirir productos en varias cuotas fijas", opina Pablo Raviolo, gerente de Ventas de Cetrogar.
"En la medida en que las restricciones aumenten, la sociedad va a buscar fuentes alternativas de resguardo para su dinero al precio que sea", señala el analista Diego Dillenberger.
Y esto modifica claramente los hábitos de compra de los argentinos.
Hace tiempo fueron los LCD a 50 cuotas, buscados como una forma de no perder ante la inflación. Luego los autos, que fueron y aún son vistos como activos de refugio.
Ahora, todo indica que llegó el turno de las mejoras en el hogar, para alegría de todos los comerciantes del rubro.

Fuente: www.iprofesional.com