martes, 11 de junio de 2019

La maquinaria de las encuestas: consejos para evaluarlas y evitar la manipulación

Influyentes en los círculos de poder, ya no solo las miran los funcionarios y precandidatos. En la antesala de las elecciones presidenciales, las demandan cada vez más empresarios y fondos de inversión extranjeros.
Las encuestas son investigaciones costosas que los políticos usan para elaborarestrategias. Si aparecen bien posicionados, los ayudan a aumentar su influencia en el escenario político o su presencia en los medios de comunicación y conseguir financiamiento para la campaña. Pero ¿es posible manipularlas?
Según ocho especialistas consultados por LA NACION, a la hora de mirar un sondeohay que tener en cuenta la trayectoria de la encuestadora, los datos de la ficha técnica, y el diseño del cuestionario. Se aconseja observar primero el porcentaje de indecisos y el margen de error. Y recién entonces ir a "la carrera de caballos" de los candidatos.
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Daniel Cabrera, autor del libro Margen de error: luces y sombras de las encuestas, considera que "es muy difícil" que las consultoras manipulen los números. "Es más fácil informar un resultado sin haber hecho ninguna encuesta que desarrollar una ingeniería de trucos", opina Cabrera, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y de Flacso.
Trayectoria y clientes. El director de Aresco, Federico Aurelio, que realiza investigaciones en varias provincias para Cambiemos, el kirchnerismo y el PJ federal, enumera algunas pautas para calificar si una encuesta es confiable o no: "¿Qué trayectoria tiene la consultora? ¿Ocupa una posición relevante en el mercado? ¿Quiénes son sus clientes?".
Julio Aurelio SA integra el registro nacional de consultoras suscriptas en un "acuerdo marco" que lanzó el Gobierno en 2017 para contrataciones de estudios de opinión pública. En la lista de catorce empresas figuran también Isonomía, Ágora Asuntos Públicos y MFG Consultores, entre otras.
Desde 2010, la Cámara Nacional Electoral (CNE) tiene su propio registro de encuestadoras. Según la ley de financiamiento de los partidos, las empresas que difundan encuestas durante la campaña deben informar a la Justicia quién los contrató y una serie de detalles sobre la metodología aplicada. Hay más de 70 consultoras anotadas, pero pocas cumplieron con la normativa durante los últimos comicios, según fuentes de la CNE.

Dentro del mercado de encuestadores, Hugo Haime continúa ligado a Sergio Massa . En el Instituto Patria, búnker de la fórmula Alberto Fernández -Cristina Kirchner, siguen las mediciones de Analogías, que dirige Pablo Mandía. Juan Manuel Urtubey Roberto Lavagna Daniel Scioli , otros aspirantes presidenciales, respondieron que aún no contrataron a una consultora.
Los expertos también aconsejan mirar el historial de las empresas. En su libro, Cabrera analiza los "pronósticos" surgidos de encuestas que se difundieron durante 30 años (1985-2015). "Entre el 70% y el 80% de las predicciones fueron razonablemente acertadas", asegura.
La ficha técnica. En la ficha técnica de la encuesta deben figurar la metodología aplicada, la composición y el tamaño de la muestra, el margen de error, la fecha en que se hizo el trabajo de campo y el alcance, entre otros datos.
Pueden ser presenciales (más costosas), telefónicas (IVR, CATI) u online. Algunas consultoras ofrecen un "mix" entre métodos. Federico González (González y Valladares), que tiene como clientes a varios candidatos a intendente, advierte que el sistema de llamadas automatizadas IVR (Interactive Voice Response), uno de los más utilizados y "económicos", suele dar "resultados distorsivos" porque "exacerba la polarización" y "deja a las terceras posiciones en valores ridículos".
Los especialistas piden tener en cuenta los datos publicados por las consultoras
Los especialistas piden tener en cuenta los datos publicados por las consultoras Crédito: Captura
Cabrera cree que las "trampas" que podría hacer una encuestadora son difíciles de detectar porque "se basan en datos que no se publican" en la mayoría de los casos. "El público que no vota ronda entre el 20 y 25% y esa respuesta no aparece en las encuestas", ejemplifica. De todos modos, aclara que se debe distinguir entre lo que la consultora informó y lo que finalmente se publica en la prensa.
Cómo se hacen las preguntas. "El tipo de conceptos, la forma y el orden de una serie de preguntas pueden determinar resultados muy distintos", explica Graciela Romer, de Graciela Romer y Asociados, que realiza sondeos para organizaciones cívicas del exterior y empresarios. Según González, los escenarios que se plantean en una encuesta "no son inocentes". Y aclara: "A quiénes ponés y a quiénes no. En algunos casos se ningunea deliberadamente a un candidato".
Un exdirector de una consultora considera que el "alto grado" de incertidumbre política actual genera dificultades para una medición "seria". Lo relevante, sostiene, son las respuestas a las preguntas espontáneas y no a las guiadas. Y las expectativas. "En esas respuestas está el inconsciente", dice otro consultor. En la Casa Rosada son muy esperados los resultados de los focus groups de Roberto "el Doc" Zapata, del equipo deJaime Durán Barba .
Complicaciones. Según los expertos, las primarias "transparentan" y "ordenan". Para Mariel Fornoni, directora y socia de Guillermo Seita en Management & Fit, es complicado medir antes de las PASO por quién se inclinarán aquellos que no irían a votar si no fuera obligatorio. "Deciden a último momento. Todas las encuestas dejan ese segmento afuera", subraya Fornoni, que tiene entre sus clientes a mandatarios de municipios y provincias.

También hay votantes que se involucran en una interna, pero luego reorientan su apoyo de forma estratégica en la elección general. "Se denomina voto útil: dejan la espontaneidad de las primarias", comenta Ricardo Rouvier (Ricardo Rouvier & Asociados), que fue contratado por postulantes de la Capital y el interior de distintas fuerzas.
Fuente: www.lanacion.com

Los argentinos empiezan a cambiar temor por deseo

Así como el capital financiero se mueve entre el pánico y la codicia, el consumo vive tensionado entre el temor y el deseo. Ocultas detrás de una catarata de datos negativos que siguen evidenciando la magnitud de la crisis desatada en abril de 2018, emergen algunas señales, aún incipientes y frágiles, que estarían augurando una anhelada noticia: los consumidores comienzan a salir de su prolongado y forzado letargo. Hace más de un año que fueron dominados por el miedo. Pocas cosas conmueven y asustan más a nuestra sociedad que un dólar sin precio ni techo.

Durante 12 meses convivimos con ese gran inhibidor de la tentación. Los números que miran hacia atrás son contundentes: los grandes bienes durables, como inmuebles, autos y motos, hace ocho meses que presentan caídas del orden del 50% interanual. Los bienes durables de valor intermedio, como electrodomésticos y tecnología, caen en el orden del 30%. Los bienes de consumo cotidiano, como alimentos y bebidas, tuvieron una retracción del 9% medida en volúmenes en el primer cuatrimestre de este año, según Kantar.

Los números que miran hacia adelante empiezan, contra lo que muchos suponen, a tener nuevos matices. No llegan todavía a adquirir otro color, pero sí están cambiando de tono.

Naturalmente esto no es fruto de la casualidad. La teoría macroeconómica indica que todas las recesiones algún día terminan, pero lo que no permite prever con precisión es cuándo será ese día. El dólar volvió a estabilizarse recién el 25 de abril de este año. Ese día cerró a $45,90. El pasado viernes 7, su cotización minorista fue idéntica: $45,90.

Tranquilidad cambiaria

Llevamos ahora casi 7 semanas de tranquilidad cambiaria. Y eso está empezando a modificar el estado de ánimo de los compradores. El índice de confianza de los consumidores que elabora la Universidad Torcuato Di Tella volvió a subir en abril después de derrumbarse durante meses. En noviembre de 2018 llegó a su mínimo valor en años: 32 puntos. En noviembre de 2017 medía 51 puntos. Una violenta caída de 19 puntos. Hoy mide 36,5 puntos y subiendo.
Lo mismo ocurrió con la devaluación de comienzos de 2014, que fue menor -el dólar subió 32% en el año-, pero también impactó fuerte en la confianza: el índice pasó de medir 52 puntos en octubre de 2013 a 33 puntos en febrero de 2014. Exactamente la misma caída: 19 puntos.
Vale la pena la referencia histórica por varios motivos. Primero, para poner en contexto y perspectiva que lo que acabamos de vivir no es un hecho inédito, sino, por el contrario, bastante recurrente en la economía argentina. Segundo, para comprender cabalmente de qué manera una corrida cambiaria atenta contra la confianza de los consumidores. Directamente la aniquila. Tercero, para tomar dimensión de que finalmente, al comparar los datos anuales, 2018 se terminó pareciendo mucho a 2014. De hecho, el PBI cayó en ambos casos 2,5%, y el consumo masivo, un 2%. Incluso las ventas de bienes durables, como autos, se contrajeron más en 2014 que en 2018: -28% vs. -11%. La gran diferencia que alteró la percepción fue la pendiente de la caída, que resultó mucho más marcada el año pasado.
Y por último, para recordar que también en esa instancia parecía que los consumidores no "despertarían" nunca. Y lo hicieron. En abril de 2014, el índice de confianza ya medía 36,5 puntos -exactamente lo mismo que en abril pasado- y en octubre alcanzaría los 44 puntos, para estabilizarse y concluir el año con ese valor.
Cuando las variables se normalizan, la gente vuelve a confiar. Y cuando vuelve a confiar, deja de ser refractaria a la seducción, que es la llave del deseo.
Algo de eso vimos en esta última semana. El Gobierno "movió la rueda" al acordar con los bancos una fuerte reducción de la tasa de interés del programa Ahora 12. Las empresas pusieron su parte y lo "impensable" sucedió: volvieron las cuotas sin interés. Lo hicieron en el momento justo: los consumidores nuevamente tenían escucha. Estaban dispuestos a ser seducidos. Y de pronto volvieron a aparecer por los locales y los shoppings. De acuerdo con lo que expresan las propias empresas, las ventas crecieron en una semana 40% o 50% e incluso más en algunos casos. El sábado pasado podían verse avisos de Frávega, Garbarino, Sodimac, Easy, Falabella, Sommier Center, Bedtime, Coto, Rodó y Vital provocando la tentación con 12 y hasta 18 cuotas sin interés.
En Acara (la cámara de los concesionarios de autos) afirmaron que algo similar estaría sucediendo con el nuevo plan de incentivos a la venta de autos. Nuevamente, el Estado subsidió una parte del precio y entre las concesionarias y los fabricantes potenciaron el efecto. Descuentos que iban a ser de $50.000 a $90.000 terminaron llegando hasta los $235.000, como en el caso del Cruze de General Motors.
Un efecto similar se está produciendo en los shoppings con los descuentos de varios bancos, que llegan hasta el 35%. Esos días se vende.
En su libro Las arquitecturas del deseo, el filósofo español José Antonio Marina describe a esta poderosa fuerza como el gran motor del ser humano. Lo define como "una etapa de transición, entre la pulsión -presente en todo el reino animal- y el proyecto, que es cosa del todo nuestra". Señala que "todos los organismos están lanzados hacia el futuro, pero lo ignoran. Es el ser humano el único que puede anticipar imaginativa o conceptualmente las cosas". Solo nosotros podemos vernos en el futuro e ir hacia él. Por supuesto, el deseo va mucho más allá del consumo. Pero en el mundo actual el consumo no va mucho más allá del deseo. Si se apaga esa llama, se vuelve frágil.

Señales de inflexión

La macroeconomía también está enviando señales sobre un potencial punto de inflexión. El Índice General de Actividad que elabora el estudio de Orlando Ferreres mostró en abril un crecimiento del PBI con respecto a marzo del 1,2%. Se prevé que en mayo, con la llegada plena de la excelente e histórica cosecha de granos y oleaginosas, crezca contra abril. Estaría comenzando así el ciclo ascendente para ir saliendo lentamente de la larga y dificultosa recesión.
Los despachos de cemento crecieron un 4,7% en mayo comparando con el mismo mes de 2018 y 7,1% si la comparación es con abril 2019. Se despacharon casi 974.000 toneladas. En diciembre del año pasado habían sido 819.600. El nivel de actividad está hoy 19% arriba de ese piso. El Indec ya mostraba que en marzo pasado había 20.876 empleados más en el sector de la construcción que en diciembre último, llegando a 449.500, el número más alto de puestos de trabajo registrados desde mayo de 2018. Los metros cuadrados autorizados para construir tuvieron un salto muy fuerte en abril: 36%, llegando a los 735.000 metros cuadrados. El valor más alto en los últimos 7 meses. El índice Construya, que mide la evolución de los insumos para el sector, tuvo en abril el cuarto mes de crecimiento consecutivo. Contra diciembre, ya estaba 23% arriba. Siempre es relevante analizar lo que sucede con la construcción. Por sus características de planificación a largo plazo, es un sector que anticipa el ciclo económico.
Plantea Marina que "el placer es proporcional a la intensidad del deseo, que crece con el tiempo de la privación" y que "forma parte del circuito de la acción. Su papel -como el del dolor- es orientar la conducta".
Los consumidores argentinos vienen de vivir tiempos de fuerte privación y dolor. Algunos parecerían estar dándose, muy de a poco, permiso para volver al deseo.
Fuente: www.lanacion.com