miércoles, 4 de abril de 2018

La crema para animales que se impuso en los picados de fútbol y factura más de $100 millones


Todo empezó en un humilde hogar en medio del campo colombiano. Ahí, donde pasó su infancia junto a sus padres y sus siete hermanos, Adolfo Torres Moreno forjó la habilidad para usar al máximo los pocos recursos que tenía, algo que lo llevaría años después a crear la fórmula medicinal de un analgésico que hace décadas está presente en cada "picado" y que invade los vestuarios con su clásico olor mentolado: se trata de Atomo Desinflamante, una pomada que empezó siendo usada en vacas y que luego se impuso entre los deportistas amateurs para crecer en ventas y superar los $109,3 millones por año.

Pero quizás su más certero golpe de efecto lo dio con el nombre: pese a que vino bien a su marketing asociarlo con el átomo y decir que "una mínima parte de esta pomada producía efectos maravillosos", la marca surge de algo mucho más simple que la física y sus componentes. Se forma mediante la combinación de las primeras sílabas del nombre y los dos apellidos de su creador, Adolfo Torres Moreno.

Un pedido de sus alumnos de la Universidad de La Plata, donde él era profesor de Veterinaria, despertó su afán de servicio. Así empezó, en los años setenta, con la elaboración de medicamentos para los animales que tenían los padres de esos aprendices. Uno de esos productos fue una crema que ayudaba en el ordeñe de las vacas y calmaba el dolor producido por la mastitis (inflamación de la ubre). Nacía así el analgésico, producido por el laboratorio IMVI (Industria Medicinal de Valor Internacional).
La pomada tuvo gran éxito y su pote color naranja con tapa blanca se multiplicó en las veterinarias. Pero el uso no fue el proyectado. Al tiempo, la gente empezó a emplearlo para curar dolencias musculares o de articulaciones y fue ahí cuando su creador, rápido de reflejos, comenzó a decir con un poco de humor: "Esto sirve para calmar los dolores de animales de cuatro y dos patas".
La creación de Adolfo Torres Moreno es utilizada por hombres y mujeres para prevenir y curar lesiones.

Según recuerda Hernán Torres Moreno, uno de sus cuatro hijos, más que una decisión de su padre, dar el salto a la "división humana" fue una presión del mercado. "Mi padre siempre había trabajado con veterinarias, pero muchas personas iban a buscar Atomo a las farmacias. Entonces fueron las propias farmacias las que empezaron a pedírselo a mi padre a mediados de los ochenta", cuenta el empresario.

Torres Moreno, que llegó a la Argentina en 1969, murió en octubre de 2017 a los 87 años, y dejó a sus cuatro hijos a cargo de su creación. Según cuenta Hernán, como doctor en ciencias veterinarias, su padre fue básicamente un investigador. En Colombia trabajaba en la
búsqueda de medicamentos para enfermedades sin solución. Luego fue contratado por la OEA y así llegó a la Argentina.
Pero pronto, el hombre mutó en empresario y líder de su propia campaña de marketing. "Algo que siempre miraba con un poco de risa era que mi padre iba con las muestras gratis de los pomos en los bolsillos. Entonces, hacía su promoción en todo momento y con cualquiera que se cruzara", destaca Hernán. "Además, él fue uno de los primeros que hizo publicidad en los subtes y eso ayudó a dar un salto muy importante", agrega.

Poco a poco, la pomada "mágica" que calmaba dolores musculares y articulares, empezó a crecer. Desde 2003 lidera las ventas de analgésicos tópicos en el mercado local, según la consultora IMS. Además, se exporta a todo el Mercosur y próximamente proyecta llegar a Perú, Chile y Panamá. Si bien tienen sus oficinas en Vicente López, provincia de Buenos Aires, todo el producto se elabora en Gualeguaychú, Entre Ríos.
Según cuentan en la empresa, la crema se sigue vendiendo en potes de color naranja, dado que las personas que lo usan identifican mucho el producto con la presentación, y aunque hay otra variedad en pomo, la gente sigue eligiendo el envase clásico.

Casi toda la comunicación la hacen a través de redes sociales, para llegar a las nuevas generaciones. "Sabemos que es un excelente producto, y quien lo conoce lo sigue utilizando. Todos tuvimos un abuelo, mamá o papá que guardaba un Atomo en el botiquín, pero sabemos que esto se pierde con el tiempo", explican.
Hoy, existen nuevas variedades de Atomo, como Geldic (con gel), Aerosol y Depor (especial para deportistas). Además, la firma agregó al portfolio un jabón íntimo femenino, Gynoderm, y pronto lanzarán Atomo Arnica y Atomo Aceite Verde. De todos modos, su vaca lechera sigue siendo la mezcla de salicilato de amilo, guayacol, terpineol, mentol, eucaliptol y alcanfor. El que en todos los vestuarios se sigue pidiendo casi como un genérico: "¿Me pasás el Atomo?".

Fuente: Archivo Carlos Manzoni 

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