miércoles, 12 de agosto de 2015

El yuccie desplazó al hipster... por ahora

Dicen que es el personaje moderno de moda, pero el estilo y el comportamiento que lo definen ya provocan cierta ironía

¿Qué sale de la mezcla de un hipster con un yuppie? Un yuccie. Sí, la inmediatez e instantaneidad de las redes sociales impone actuar rápidamente, aunque se incurra en crueldades imperdonables. Apenas asistimos a la muerte del hipster (algunos todavía lo están velando) que aparecen nuevos sustitutos como para recordarle a la sociedad de consumo que el lugar dejado vacante tiene que ser ocupado. Y cuanto antes, mejor.
Cuando el sociólogo francés Michel Maffesoli, creador del término "tribu urbana", se refirió a estos grupos como "aquellos que proponen rompimientos cíclicos de creencias o de hábitos", promediaba la década del 80, todavía se escuchaba música en cassette y apenas comenzaba la televisión por cable. No existían ni Internet ni redes sociales, y digamos que las grandes rupturas sucedían cada diez, quince o 20 años. Hoy, por el contrario, estos rompimientos son cada vez más rápidos, pero su huella, necesariamente, es muchos más efímera. Por eso, en medio de tanta voracidad por imponer modas y nombres de extraña procedencia, algunos especialistas van más allá y se animan a reflexionar acerca de los orígenes de estas subculturas gestadas en los grandes centros urbanos, su viabilidad dentro del complejo entramado social actual, y la necesidad de que siempre haya a mano una nueva etiqueta para retroalimentar valores y tendencias.
"En cada momento histórico se van definiendo perfiles en los jóvenes asociados a los valores vigentes y en consecuencia, a una forma de concebir la vida, las relaciones y el trabajo. En un momento fueron los hippies, los yuppies, los Bo-bos y más recientemente los hipsters, y ahora se empezó a hablar de los yuccies como una superación de estos últimos perfiles. Son jóvenes urbanos y creativos (millenials), que valoran vivir de su vocación, ser libres, poder elegir cómo trabajar, viajar y conocer diferentes culturas. Valoran mucho todo lo que pueda aportarles a su identidad, pero siempre conservar la autonomía. Quieren disfrutar el camino, no necesariamente llegar a un punto de supuesto éxito, al que cuestionan, a costa de sacrificarse. Es decir, son los valores de la Generación Y", resumen Mariela Mociulsky y Ximena Díaz Alarcón, directoras de la consultora Trendsity.
Pero a pesar de que hoy los yuccies son los nuevos reyes urbanos, sus días parecen contados. Sucede que, al igual que todo producto cultural, muchas de estas tribus están destinadas a ser rápidamente olvidadas y otras a permanecer varios años en el entramado social. Pero, ¿de qué dependen su éxito o fracaso? "Es difícil saberlo -dice Fernando Militerno, director general creativo de la agencia Cuko-. Todas estas subculturas surgen del mismo entramado social y circulan con rapidez en las redes sociales. En general no hay una estructura ideológica detrás, una idea rectora como tenían los skinheads o punks. Hoy eso no garpa, la identificación es más estética, más visual. Y al no haber una idea fuerte detrás, tampoco se diferencian mucho unos de otros y la realidad es que todo termina pareciéndose a todo. Tal vez el que trascienda sea el más amigable visualmente, el que logre imponer un estilo como lo fueron los hipsters", opina el creativo.

ASOMA EL HÍBRIDO

Por lo pronto, no es casual que la nueva incorporación al complejo entramado social reúna las características de dos las tribus urbanas que probablemente han logrado trascender más en el tiempo, al menos en los últimos años, como son los yuppies y los hipsters. Pero el éxito del híbrido yuccie (young urban creatives, jóvenes urbanos creativos) como de cualquier otra tribu dependerá de cuán hábil sea para crear un universo propio, con reglas y estética exclusiva.
"Los hipsters ya agotaron, ya se usaron hasta el hartazgo y hay una marcada necesidad de tener que generar algo nuevo para seguir hacia adelante -opina Militerno-. Todas estas subculturas circulan con rapidez en las redes sociales. Y gran parte de su éxito, además de la estética que muestran, dependerá del nombre con el que se presentan, que nunca se sabe muy bien quién lo pone. Pero de seguro se prueban varias opciones y se ve cuál pega más. Es decir, cuál logra más likes."
El filósofo Luis Diego Fernández, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), sin duda cree que la lógica del mercado influye en la suerte de este tipo de grupos. "Si bien surgen espontáneamente, a estas expresiones culturales espontáneas se suben las empresas para vender y entonces ahí entran a jugar diferentes variables que los convertirán en un segmento de consumo, un target, que toma formas estéticas determinadas. Por eso, en general, son fenómenos confusos", asegura el autor de Los nuevos rebeldes (Debate), ensayo escrito en 2013 donde parte de un punto de vista distinto: "Ahí me dedico a analizar y describir los movimientos contraculturales surgidos en el mundo como consecuencia de una crisis de representación política. Si bien tienen en común con las tribus la elección de estilos de vida por fuera de la norma mayoritaria, la raíz de unos y otros es distinta porque en las tribus no hay un conflicto real, no se plantean seriamente vivir fuera del sistema", analiza Fernández.

¿PURO MARKETING?

Los detractores de estas tribus urbanas suelen acusarlas de ser más bien un producto del marketing que un grupo real que reivindica para sí ciertos valores y estilos de vida. Sin embargo hay quienes dudan de la verdadera influencia del sistema de medios (incluido el publicitario, claro) en la construcción y pervivencia de estos grupos.
Desde Chile, el publicista Agustín Puig sostiene que "no vamos a decir que las tribus urbanas son un producto entero de una visión comercial específica -sostiene-. Lo que el marketing posiblemente introduce en este escenario es la denominación común. En tiempos de los primeros hombres, cuando el vidrio reemplazó al palo como elemento creador de fuego, aparecieron los primeros hipster, es decir, gente que encontró en la técnica del vidrio una manera de separarse de la movida mainstream que proponía crear fuego con un palito. Este grupo no fue denominado de ninguna manera y simplemente pasó al olvido. Lo que el marketing posiblemente introduce en este escenario es la denominación común".
Por su parte, Florencia Leonetti, directora de Estrategia y Planeamiento de la agencia de publicidad BBDO Argentina, sugiere que las tribus "no son producto del marketing, sino de una necesidad real de los jóvenes de escapar de lo establecido, de lo que debe ser, del statu quo. Por eso tampoco creo que se pueda hablar de ellas en términos de éxito o fracaso, sino en términos de visibilidad -dice-. Los emos, por nombrar un grupo que parecería que ha desaparecido, en realidad no desaparecieron del todo, sino que se volvieron menos visibles, mientras que hay otras tribus que lograron mayor visibilidad y otras que dejaron de ser tribus porque pasaron a formar parate del mainstream".
Y en esto último, en volver masivo lo que antes navegaba por las aguas ignotas de lo alternativo, el sistema de medios tiene mucho que ver. "La publicidad se nutre y se inspira en tendencias y de contratendencias, así como de hechos culturales y subculturales. Las tribus urbanas muchas veces empiezan generando algo que después se vuelve masivo o que la publicidad masifica", reconoce Leonetti.
Por eso los hipster han muerto o, peor aún, han pasado a formar parte del mainstream, del sistema de medios oficial. Su acta de defunción la firmó en las redes sociales el escritor y periodista David Infante cuando publicó un artículo en el blog Mashable afirmando que la subcultura hipster había pasado a mejor vida. "The hipster is dead, and you might not like who comes next" ("el hipster ha muerto, y tal vez no querrás saber lo que viene después"). Sin jugar ni un poquito al misterio (hay que tener en cuenta que en las redes sociales todo debe ser inmediato), Infante informó a sus seguidores que lo que se venía eran los yuccies. Y, de paso, se autoproclamó cual Napoleón oficialmente como el primer yuccie a nivel mundial. Pero son pocos los que le avizoran una larga existencia. Dicen que el acta de defunción de los yuccies ya está escrita. Y que Infante no querrá saber qué viene después. En realidad, nadie sabe muy bien qué es lo que viene. Pero, ¿acaso importa?
Fuente: lanacion.com

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