ADN emprendedor: los creadores explican las claves de su éxito
Mini-bio:
Inicios: Su primer negocio gastronómico fue Bartola, hoy con
dos sucursales en Palermo
Cadena: Idearon Dean & Dennys con la idea de
expandirlo en América latina. Cerrarán 2017 con ocho locales en la Argentina y
planean duplicarlos y exportar en 2018
Optimismo: "Creemos que el país va a mejorar y por eso
elegimos invertir aunque no es buen momento. Aparecen oportunidades como
locales disponibles, pero se hace cuesta arriba" dijo Rozas
Producto
estrella: El producto más
vendido es la hamburguesa "Dean Bacon." Representa el 50% de las
45.000 hamburguesas que venden por mes. Lleva queso, panceta crocante y
barbacoa
Hamburguesas,
papas y gaseosa, el combo del éxito de las empresas de comida rápida
norteamericanas que llevaron su formato a casi todos los países del mundo, no
alcanza para los millennials. La generación que vive preocupada por el medio
ambiente, los efectos nocivos de la comida chatarra y su relación con sus
mascotas tiene un escalón extra de requisitos para sentarse a comer y un
bolsillo acotado (por su condición de jóvenes y estudiantes, sumado a la
recesión general).
Todo esto fue
detectado por tres amigos y emprendedores gastronómicos cuando viajaron a Nueva
York en búsqueda de la próxima tendencia en el sector. Joaquín Rozas (28),
Francisco Ribatto Crespo (28) y Hugo López (30) eran socios en Bartola, un
restaurante bastante conocido en el atareado Palermo. Cuando visitaron la Gran
Manzana se encontraron con la revancha green de McDonald's, Wendy's y Burger
King en pleno auge, y con una gran aprobación de los hipsters locales.
Las nuevas
hamburgueserías apuestan a una mejor calidad de la materia prima, locales con
buena música y mayor conciencia ecológica en la propuesta, y al mismo tiempo
conservan el formato sin servicio a la mesa, los clientes piden la comida en un
mostrador y al terminar retiran su bandeja. Dean & Dennys, como llamaron a
su iniciativa en Buenos Aires, se inauguró en la esquina de Malabia y Honduras
el 1° de enero de 2012 con una inversión inicial de 300.000 dólares.
Fue una de las
primeras en popularizar las nuevas hamburgueserías que ganan terreno en la
Capital Federal. La figura mediática de Joaquín, cuyos romances con las
herederas de íconos de la televisión argentina (fue novio de Micaela Tinelli,
hija de Marcelo, y desde 2012 está en pareja con Lucía Celasco, la nieta de
Susana Giménez) lo popularizaron en las revistas y atrajeron a los seguidores
de celebrities. Luego surgieron tantos otros restaurantes similares que a
principios del mes pasado, el GCBA lanzó un concurso para encontrar la mejor
hamburguesa de Buenos Aires y 16.000 porteños participaron desde las redes
sociales en seleccionar una entre 25 opciones.
A cinco años de
su lanzamiento, la cadena no para de crecer: facturan 10 millones de pesos por
mes y con las aperturas planeadas para el resto del año esperan cerrar 2017 con
una facturación de 24 millones de pesos mensuales. Tienen cuatro sucursales
abiertas, la última que abrieron es en Martínez, y en los próximos meses
inauguran nuevas en Belgrano, La Plata, Tigre y Rosario.
Para el año
próximo tienen planeado comenzar a operar en Chile y Paraguay, y duplicar la
cantidad de sucursales.
1 - Cuidar el medio ambiente
también ayuda al negocio
En Dean &
Dennys la sustentabilidad está muy presente en las operaciones. Separan los
residuos, reciclan lo que se puede y reutilizan el aceite de la cocina para la
producción de biodiésel. La iluminación es de bajo consumo y el mobiliario fue
recuperado del descarte de obras; los locales son modernos, poco ruidosos y
amplios.
El Ministerio
de Ambiente y Espacio de la ciudad le dio su reconocimiento, pero además es una
inteligente movida de negocios tanto para los costos reducidos como para el
marketing de un público cada vez más consciente de la huella que imprime en la
Tierra. La RSE de la empresa también pasea en cuatro patas y el menú ofrece
especialmente platos para las mascotas que acompañan a sus dueños a comer
afuera. Las ganancias de los ítems se donan a un refugio de animales.
2 - Instalar una moda se paga
con tiempo
El primer año
que abrió Dean & Dennys fue tan malo que sus creadores dicen que no
hubieran sobrevivido un año más con esos números. "La gente tardó en
acostumbrarse al formato de una hamburguesería premium, pero con mostrador. El
local tenía mucha comunicación, pero era un concepto nuevo", dijo Joaquín
Rozas a LA NACION. Por ejemplo, para modernizar la espera en el mostrador
mientras se cocina la comida, en Dean & Dennys un pager avisa al cliente
cuándo el pedido está listo.
"En
Estados Unidos era muy común, pero acá fuimos de los primeros en tener el
sistema", subrayó Rozas. Once meses después, febrero de 2013 marcó un
antes y un después. Facturaron 600.000 pesos, el triple que el mes anterior; en
marzo, 900.000 pesos, y en abril, 1.900.000 pesos.
3 - Creer en la expansión
"El
proyecto nació ambicioso, con el sueño de tener 100 locales en América
latina", explicó Rozas. A los seis meses de aumentar la facturación
empezaron a armar el segundo local en la zona de Recoleta, con una inversión de
360.000 dólares. "Se llenó de gente desde el momento que abrimos las
puertas y demostró que no sólo funcionaba en Palermo, y que con el tiempo y la
moda de las hamburgueserías la gente entendía el formato", recordó.Como los
grandes actores, alcanzaron un hito en su desarrollo cuando salieron a competir
a la calle Corrientes. En 2015 se instalaron en Corrientes y Montevideo, a
metros de Burger King y McDonald's más todas las pizzerías que tradicionalmente
alimentan a los espectadores después de una función. La inversión de 500.000
dólares en el local de 700 metros fue un éxito y los preparó para el próximo
paso: "Nos preparamos para ser una cadena y abrimos una central de
producción de 1000 metros cuadrados para abastecer a 25 locales", dijo Rozas.
4 - Crear un equipo bien
definido
"Confiamos
en que todos cumplen bien su rol y no nos metemos en otras áreas", dijo
Rozas para explicar la gestión de las 200 personas que trabajan en la empresa.
Mientras Joaquín lidera la parte comercial, Hugo es jefe de producto y
Francisco se ocupa de las finanzas. Para mantener el orden, decidieron sumar a
Martín Ribatto (33), uno de los primeros inversores como director
administrativo.
Fuente: www.lanacion.com
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