WASHINGTON.- Agobiado por la situación de la industria automotriz y luego de intensas negociaciones, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció hoy un plan de rescate para el sector.
El gobierno decidió condicionar la ayuda, al emplazar a General Motors (GM) a presentar un nuevo plan de reducción de costos en los próximos 60 días, y a Chrysler a lograr un acuerdo definitivo con Fiat en los siguientes 30 días, para obtener la ayuda federal.
La respuesta de Chrysler no se hizo esperar y más tarde anunció formalmente un acuerdo final con la automotriz italiana para formar una alianza. El presidente de Chrysler, Bob Nardelli, dijo a través de un comunicado que "Chrysler, Fiat y Cerberus han alcanzado un acuerdo sobre el marco de la alianza global, apoyado por el Departamento del Tesoro". Cerberus es el principal accionista de la automovilística estadounidense.
El ejecutivo añadió que "Chrysler operará normalmente durante los próximos 30 días". Aunque "reconocemos que todavía hay que resolver sustanciales obstáculos, Chrysler está comprometida a trabajar de forma cercana con Fiat, la Administración estadounidense, el Departamento del Tesoro y el Grupo Presidencial del Automóvil para asegurar el apoyo de las partes interesadas", añadió Nardelli.
Respaldo y condicionamientos. "Las empresas y la industria deben valerse por sí mismas y no pueden estar protegidas por el Estado", aseguró Obama, al mismo tiempo que señaló que los planes de reestructura que presentaron ambas compañías "no son suficientes".
"No podemos, no debemos y no dejaremos desaparecer a nuestra industria automotriz", prometió el presidente estadounidense al presentar en la Casa Blanca un plan de rescate del sector. Advirtió, sin embargo, que "hay empleos que no podrán ser salvados y plantas que no reabrirán" y que los grupos General Motors y Chrysler, sostenidos con fondos públicos, deberán tomar "decisiones difíciles".
"Este sector es más que ningún otro, un emblema del espíritu estadounidense y un símbolo del éxito de Estados Unidos", estimó Obama. "Es uno de los pilares de nuestra economía", agregó.
Tras decidir que los planes iniciales presentados por GM y Chrysler el pasado 17 de febrero "no son suficientes para merecer los nuevas inversiones sustanciales que estas compañías están olicitando", Obama dijo que Washington proporcionará a GM dinero para que funcione durante 60 días.
Por su parte, el presidente había calificado la situación de Chrysler como "más difícil", por lo que consideró que el fabricante necesitaba un socio para "seguir siendo viable". Por ello, el gobierno de Obama anunció que daría dinero a Chrysler durante 30 días para llegar a una alianza final con la italiana Fiat.
Obama presentó el plan de rescate de la industria automotriz de Estados Unidos tan sólo un día más tarde que General Motors (GM) anunciara la renuncia de su presidente, Rick Wagoner, tras un pedido del mandatario.
En tanto, las medidas se conocen poco después de que General Motors y Chrysler pidieran en su lucha por sobrevivir a la crisis una ayuda adicional al Estado de 21.600 millones de dólares, además de los 17.400 millones en préstamos de emergencia aprobados en diciembre último.
En el caso de que General Motors no presente un plan que permita regresar a la rentabilidad, es posible que precise recurrir al proceso de bancarrota "como un mecanismo para ayudarles a reestructurarse rápidamente y emerger fuertes".
De forma adicional, Obama anunció planes para acelerar la compra por parte de la Administración de nuevas flotas de vehículos, así como para facilitar el acceso de los consumidores a préstamos e incentivos para la compra de nuevos automóviles.
Agencias AP, AFP, DPA y ANSA
El gobierno decidió condicionar la ayuda, al emplazar a General Motors (GM) a presentar un nuevo plan de reducción de costos en los próximos 60 días, y a Chrysler a lograr un acuerdo definitivo con Fiat en los siguientes 30 días, para obtener la ayuda federal.
La respuesta de Chrysler no se hizo esperar y más tarde anunció formalmente un acuerdo final con la automotriz italiana para formar una alianza. El presidente de Chrysler, Bob Nardelli, dijo a través de un comunicado que "Chrysler, Fiat y Cerberus han alcanzado un acuerdo sobre el marco de la alianza global, apoyado por el Departamento del Tesoro". Cerberus es el principal accionista de la automovilística estadounidense.
El ejecutivo añadió que "Chrysler operará normalmente durante los próximos 30 días". Aunque "reconocemos que todavía hay que resolver sustanciales obstáculos, Chrysler está comprometida a trabajar de forma cercana con Fiat, la Administración estadounidense, el Departamento del Tesoro y el Grupo Presidencial del Automóvil para asegurar el apoyo de las partes interesadas", añadió Nardelli.
Respaldo y condicionamientos. "Las empresas y la industria deben valerse por sí mismas y no pueden estar protegidas por el Estado", aseguró Obama, al mismo tiempo que señaló que los planes de reestructura que presentaron ambas compañías "no son suficientes".
"No podemos, no debemos y no dejaremos desaparecer a nuestra industria automotriz", prometió el presidente estadounidense al presentar en la Casa Blanca un plan de rescate del sector. Advirtió, sin embargo, que "hay empleos que no podrán ser salvados y plantas que no reabrirán" y que los grupos General Motors y Chrysler, sostenidos con fondos públicos, deberán tomar "decisiones difíciles".
"Este sector es más que ningún otro, un emblema del espíritu estadounidense y un símbolo del éxito de Estados Unidos", estimó Obama. "Es uno de los pilares de nuestra economía", agregó.
Tras decidir que los planes iniciales presentados por GM y Chrysler el pasado 17 de febrero "no son suficientes para merecer los nuevas inversiones sustanciales que estas compañías están olicitando", Obama dijo que Washington proporcionará a GM dinero para que funcione durante 60 días.
Por su parte, el presidente había calificado la situación de Chrysler como "más difícil", por lo que consideró que el fabricante necesitaba un socio para "seguir siendo viable". Por ello, el gobierno de Obama anunció que daría dinero a Chrysler durante 30 días para llegar a una alianza final con la italiana Fiat.
Obama presentó el plan de rescate de la industria automotriz de Estados Unidos tan sólo un día más tarde que General Motors (GM) anunciara la renuncia de su presidente, Rick Wagoner, tras un pedido del mandatario.
En tanto, las medidas se conocen poco después de que General Motors y Chrysler pidieran en su lucha por sobrevivir a la crisis una ayuda adicional al Estado de 21.600 millones de dólares, además de los 17.400 millones en préstamos de emergencia aprobados en diciembre último.
En el caso de que General Motors no presente un plan que permita regresar a la rentabilidad, es posible que precise recurrir al proceso de bancarrota "como un mecanismo para ayudarles a reestructurarse rápidamente y emerger fuertes".
De forma adicional, Obama anunció planes para acelerar la compra por parte de la Administración de nuevas flotas de vehículos, así como para facilitar el acceso de los consumidores a préstamos e incentivos para la compra de nuevos automóviles.
Agencias AP, AFP, DPA y ANSA
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